Poca gente es lo suficientemente valiente o estúpido como para atreverse a subir hasta el cráter de un volcán, pero quienes lo hacen deben tener cuidado y no asomarse demasiado, ya que, como todos sabemos, la lava quema. Quienes resisten temperaturas muy elevadas podrían incluso introducirse en el interior e investigar, pero, para algunos, haber llegado al cráter es más que suficiente.