Con numerosas manchas de pintura tanto en el suelo como en las paredes, se trata, tal vez, de la habitación más caótica de todo el castillo. Hay numerosos caballetes, lienzos, botes de pintura, pinceles, paletas, bloques de arcilla... en resumen, todos los materiales para que los alumnos saquen su lado artístico y se pongan manos a la obra.